datelobueno.com

  • Inicio
  • Terapias
    • Osteopatía Biodinámica
    • Terapia Craneosacral
    • Reflexología Podal
    • Masaje Terapéutico
    • Masaje para embarazadas
  • Meditación
    • Grupos de meditación
    • Sala Aruna
    • Retiros en Vigo
    • Libros para descargar
  • Blog
    • Reflexiones
    • Historias del despertar
    • Varios Salud
      • Terapias alternativas
      • Suplementos
      • Alimentación
      • Batidos verdes
      • Recetas
      • Infusiones
  • Acerca de mí
    • Biografía
    • Formación
    • Entrevista
    • No Dualidad
      • Despertar no basta
      • No mereces nada
      • La utilidad de que algo te preocupe
      • Tu no eres nadie
      • Leer para saborear
    • Salud Terapia
      • Por qué no puedo dejar de pensar
      • La meditación no es controlar
    • Espiritualidad Pamplona
      • La meditación facilita la toma de decisiones
      • La meditación como vía de autoconocimiento
      • Las creencias nos condicionan
      • Mientras hay esperanza, no hay vida
      • Leer para saborear y no para saber
      • La meditación no es controlar
  • Biblioteca
  • Contacto
Portada » Mientras hay esperanza, no hay vida

noviembre 9, 2022 Por Jordi Casals 2 comentarios

Mientras hay esperanza, no hay vida

Suele decirse ’mientras hay vida, hay esperanza’, pero ¿de qué vida hablamos? ¿de sobrevivir? La verdadera vida, la que nos permite realizar nuestra esencia, está aquí y no en las proyecciones mentales. Sería mejor decir ’mientras hay esperanza, no hay vida’.

La esperanza consiste en preferir un resultado futuro. Confiamos en que algo que preferimos que suceda va a suceder. Dependiendo de hasta qué punto coloquemos nuestra felicidad en ese resultado futuro, podemos hablar de dos tipos de esperanza: la esperanza-preferencia o la esperanza-apego. En el primer caso, tenemos preferencia por una situación concreta, por ejemplo, que me admitan en un trabajo que me gusta más que otro. Desear es algo natural, el problema es la esperanza-apego. Esta última es una trampa, puesto que creemos que, si no sucede lo que esperamos, no podremos ser felices.

Si se cumplen nuestras ilusiones, poco tiempo después nos volvemos a sentir frustrados al comprobar que la felicidad que experimentamos no es permanente. Esa frustración dura hasta que nace en nosotros una nueva esperanza, que vuelve a poner en marcha la trampa. En el fondo, sabemos que a toda ilusión sigue una decepción y a medida que nos vamos decepcionando una y otra vez, vamos perdiendo el interés en las ilusiones como fuente de felicidad. Entonces, esa desesperanza nos conecta con el presente y nos invita a confiar en la vida tal y como es, posibilitando la felicidad real.

En este sentido, la esperanza se convierte en una forma de aplazar nuestra felicidad: cuando cambie de trabajo, cuando me mude al campo, cuando me ponga en forma, entonces sí seré feliz. Cuando advertimos que no es así, dejamos de crear nuevas esperanzas. Las energías que antes utilizábamos para anticipar un futuro mejor se redirigen para abrirse al instante presente con una nueva mirada. Esta presencia, esta nueva disponibilidad, elimina toda necesidad de futuro. Nos damos cuenta de que el bienestar, que consciente o inconscientemente buscamos, ya está aquí en nosotros.

Hay una gran diferencia entre desesperanza y desesperación. La desesperanza es no esperar un resultado futuro concreto. Quien no tiene esperanza es quien no espera nada, mientras que la persona desesperada es quien necesita agarrarse a cualquier ilusión.

La confianza apegada a un resultado es desconfianza. Apegarse al futuro es desconfiar del presente. Perder la esperanza es dejar de tener la atención en los pensamientos sobre un futuro que se desea y ponerla en las sensaciones del momento que se está experimentando. Antes me preguntaba a mí mismo a menudo ‘¿a qué estás esperando? ¿Hasta cuándo seguir dando vueltas en el tiovivo de la esperanza?’.

Este es un problema que no tienen los niños pequeños. Hasta los tres años, un niño no empieza a desarrollar una identidad separada, sino que vive en comunión con la experiencia sensorial que le rodea. Confiar en la vida es algo innato. No obstante, a medida que crecemos surge en nosotros una conciencia de separación: nos identificamos únicamente con nuestro cuerpo. Así sentimos desconexión y esto genera desconfianza en la vida. Incompletos e insatisfechos, empezamos a proyectar futuros mejores con los que ilusionarnos y cubrir el malestar existencial.

Generar esperanzas sobre el futuro es automático en nosotros y darnos cuenta de que lo estamos haciendo lo interrumpe. Al interrumpirse, volvemos a sentirnos como niños, con plena confianza en la vida. La esperanza mira hacia el futuro mientras que la confianza observa el presente. Ya no me dedico a imaginar sino a observar.

El verdadero camino espiritual bien podría llamarse el camino de la desesperanza, ya que al transitarlo nos vamos despojando de toda posible esperanza. La verdad es lo que queda cuando caen las ilusiones. Esta tesis suele generar rechazo en las personas que se inician en la espiritualidad.

Los maestros espirituales que se dirigen a las masas suelen dar enseñanzas ligadas a la historia personal del sujeto, con un acercamiento progresivo, con propuestas para mejorarse a uno mismo con la esperanza de un premio futuro. Esto seduce al ego, al perpetuar la sensación de existencia independiente y separada, ligada a una historia temporal.

Cuando la esperanza cesa, la confianza deja de dirigirse hacia algo y se instala en el presente. Haciendo que la ilusión deje de distorsionar la percepción y la observación se vuelva más clara. Acoge lo que hay sin juicio, sin los efectos del ego: dejamos de creer que algo debería ser diferente a como es. Se traslada el foco desde el esperar al observar. La verdadera confianza no necesita confiar en nada que no esté ya aquí. La verdadera confianza es pura observación.

Observar la experiencia presente tal y como se muestra, es hacerlo sin esperanza. Si desconfías de la vida, no la ves con claridad. Si esperas, no vives. No se puede vivir en la verdadera confianza —conectado a la vida— mientras se siga teniendo una mente llena de esperanza. ¿Cómo confiar en la vida si vivimos en las esperanzas? Mientras hay esperanza, no hay vida.

Recomiendo los libros El diamante en tu bolsillo de Gangaji y Cuando todo se derrumba de Pema Chodron.

Otros artículos relacionados que pueden resultar de interés:

  • Diferencias entre ilusión y entusiasmo
  • Las creencias nos condicionan
  • Reflexiones

 

Comparte esto:

  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Facebook
  • Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva) X
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva) LinkedIn
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva) WhatsApp
  • Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva) Telegram
  • Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Correo electrónico
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva) Imprimir

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

Relacionado

Publicado en: Meditación, Reflexiones Etiquetado como: Esperanza, Meditación

Comentarios

  1. govindat1 dice

    noviembre 16, 2022 a las 20:11

    Mientras leía tu post o reflexión sobre la conexión entre la esperanza y la vida, cómo pueden sumar o restar, recordaba el potencial de reflexión que aportas, con lazos en varias direcciones, interesantes para abundar en éstas indagando en las experiencias personales, propias y ajenas.

    Dicho esto recordaba el título de tu blog «Datelobueno», y pensé es un título donde la esperanza es un punto focal de interés, pero si solo pretendes balbucear palabras sin más pretensión que el extraer fichas de un baúl almacén de pensamientos variopintos, quizás dedicarle tiempo a entenderlos y procesarlos no tenga mayor interés; no obstante si buscas «esperanzar» a otras/os o «desesperanzarlos» es un tanto equívoco o peligroso estos vaivenes mentales, ya que en el fondo late un «derribo» de moldes mentales que en verdad necesitan mejora constante y evolución permanente, quizás no pretendido, pero en la reflexión y blog late una «esperanza» de que te lean, entiendan y hasta concuerden para sentirte más «útil» acrecentando tu autoestima y trabajo de pensamiento e investigación…

    Serías un/a contertulio/a para disfrute de la mente racional de interés, pero creo que como es lógico hay que dejar abierto el pensamiento a cada cual, pero la vida está repleta de momentos fabulosos de esperanza y muchas esperanzas hacen también mejorar la vida de las personas, de los colectivos y de la sociedad en su conjunto. Sin esperanza estaríamos a la deriva en muchas circunstancias de la vida.

    Por supuesto que no hay que «apegarse negativamente» a nada, pero la esperanza no es ciega, aunque cada cual la procesa y entiende a su manera (obvio, como todo). Y no hay que olvidar que la esperanza no niega la vida, sino que la potencia y eleva.

    Poniendo ejemplos, existen de todas las formas y colores, según cada persona y contexto o vivencias, y de acuerdo con sus fundamentos asumidos, bien de manera consciente o inconsciente.

    Date lo bueno, y aquí hay un debate magnífico, sobre lo «bueno» y cómo «dárselo a una/o misma/o, con la plena libertad «sin apegos», para volar, más allá de las apariencias de las palabras.

    Responder
    • Jordi Casals dice

      junio 11, 2025 a las 18:30

      Gracias por compartir tu reflexión tan elaborada.
      Lo valioso es quizá abrir preguntas, más que cerrarlas.
      Un abrazo y gracias por tomarte el tiempo de escribir.

      Responder

Deja un comentarioCancelar respuesta

Suscríbete al blog por correo electrónico

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 3.745 suscriptores

Secciones del Blog:

Artículos por meses:

Últimos artículos publicados:

  • Libros recomendados – Octubre 2025
  • Elogio de la sobriedad
  • La meditación no despierta, la bofetada sí
  • ¿Por qué somos como somos?
  • Libros recomendados – Julio 2025
  • Los juegos de la abundancia
  • El terapeuta al que nunca dejas
  • La espiritualidad como base de la salud
  • Retiro de meditación en Vigo, 12 de Abril
  • Meditar es ver las cosas tal y como son
  • Ser presencia no es estar presente
  • ¿Juegas a ser un ser de luz?
  • La terapia craneosacral biodinámica como camino espiritual
  • La ilusión de vivir sin pensar
  • Charlas desde el Ser: La incubación

Últimos Comentarios:

  • Wilde Ocampo en Elogio de la sobriedad
  • Jordi en Los juegos de la abundancia
  • Jordi en ¿Por qué somos como somos?
  • Jordi en La meditación no despierta, la bofetada sí
  • Maria García en La meditación no despierta, la bofetada sí

Etiquetas

Alimentación Arroz Aruna Auto-observación Autoconocimiento Batidos Berenjena Bienestar emocional Brécol Calabacines Champiñones Compatibilidades Comunicación Dejar de pensar Despertar Espinacas Espiritual Garbanzos Lectura Manzana Meditación meditación en Vigo mindfulness Vigo MSM Nata no dualidad Patata Quinua Recetas Reflexiones Reflexología Rellenos Remolacha Retiro Salud Setas Suplementos Terapia Tofu Tortilla Uva Verduras Vigo Vivencias Zanahorias
Masquemedicos
Jordi Casals
Jordi Casals en Saludterapia

Suscríbete al blog por correo electrónico

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 3.745 suscriptores

PUEDES SEGUIRME POR AQUÍ:

  • Facebook
  • Instagram
  • LinkedIn
  • Twitter
  • WhatsApp

Entradas recientes:

  • Libros recomendados – Octubre 2025
  • Elogio de la sobriedad
  • La meditación no despierta, la bofetada sí
  • ¿Por qué somos como somos?
  • Libros recomendados – Julio 2025
  • Los juegos de la abundancia
  • El terapeuta al que nunca dejas

Comentarios recientes

  • Wilde Ocampo en Elogio de la sobriedad
  • Jordi en Los juegos de la abundancia
  • Jordi en ¿Por qué somos como somos?

Jordi Casals en Saludterapia

Masquemedicos
Jordi Casals

Copyright © 2025 ·Executive Pro Theme · Genesis Framework por StudioPress · WordPress · Acceder

Contactanos

%d