Quiero exponer en este artículo que el tema de la buena combinación de los alimentos, aún siendo un punto importante, se sitúa por detrás de otras recomendaciones alimenticias más básicas y sencillas de aplicar, como las siguientes:
– Tratar de hacer una comida sencilla, eligiendo alimentos vivos, frescos y ecológicos (frutas y verduras).
– Elegir alimentos de buena calidad y eliminar los alimentos perjudiciales para la salud.
– Iniciar la comida con alimentos crudos.
– Comer despacio y con tranquilidad: sentarnos a la mesa olvidando las preocupaciones de la vida diaria.
– Masticar y ensalivar bien los alimentos.
– Comer de la forma más consciente posible.
– No comer sin hambre ni comer en exceso, levantándonos ligeros de la mesa.
– Descansar lo mejor posible después de comer.
Todas estas recomendaciones son tan importantes o más que el hecho de respetar las compatibilidades alimenticias.
Para aquellos que se inician en una alimentación sana, es suficiente en un principio hacer una comida lo más sencilla posible, sin muchas mezclas de alimentos, eligiendo un alimento concentrado cada vez y, si elegimos dos diferentes, uno de ellos en poca cantidad.
Debemos tomarnos el tiempo suficiente para conocer y probar poco a poco las compatibilidades más importantes, sin prisas y sin exigirnos demasiado. El mismo cuerpo nos indicará la buena o mala asociación o combinación de alimentos. Simplemente aprende a observarte. Cuando hacemos muchas mezclas y mal combinadas sufriremos con más frecuencia trastornos digestivos, gases intestinales, pesadez digestiva, hinchazón…
Si queremos aprender todo de repente podemos correr el riesgo de no entender nada y nos sentiremos mal por no llevar bien las combinaciones. Las combinaciones correctas ayudan a mejorar la digestión de los alimentos, pero no es bueno que nos rompamos la cabeza pensando si se puede mezclar la lechuga con el tomate. Simplemente lee esta información y trata de tenerla en cuenta a partir de ahora.
La comida muy elaborada y demasiado combinada incita a casi todo el mundo (incluso a las personas que viven moderadamente) a ser demasiado indulgentes. La consecuencia es una digestión fermentada, sangre contaminada y una mente embotada. Las molestias de la digestión a causa de una mala combinación de alimentos son múltiples, por nombrar solo los más comunes:
· Disminución en la asimilación de nutrientes.
· Gas intestinal.
· Dolor abdominal.
· Barriga hinchada.
Si se continúa comiendo de esta forma, a la larga puede resultar un gran desgaste para el organismo. De aquí la importancia de combinar bien los alimentos. La mayoría de las guías de nutrición, con buenos resultados, se basan en que la asimilación correcta y completa de los alimentos es el resultado de la acción de las enzimas digestivas. Los diferentes tipos de alimentos requieren de sus propias enzimas para ser bien digeridos y asimilados por el organismo.
Cuando se comen, muchos ingredientes diferentes, al mismo tiempo, el cuerpo se confunde y no puede crear todas las enzimas necesarias simultáneamente. En este momento la digestión sigue, pero parcialmente, a través de una acción bacterial, la cual siempre causa fermentación y los problemas asociados mencionados anteriormente.
Algunas personas toleran ciertas combinaciones de alimentos mejor que otras, la auto-observación es primordial a la hora de detectar hasta que punto sería recomendable hacer ajustes en nuestra dieta, pero para ello primero hemos de conocer las nociones básicas en cuanto a la mala combinación de los alimentos.
Cada una de las enzimas que intervienen en la digestión tiene su efecto sobre una clase de alimentos. Unas digieren los almidones, otras las proteínas y unas terceras las grasas. Está demostrado que cada tipo de alimento, da lugar a una actividad particular en las glándulas digestivas. La capacidad de acción del jugo gástrico varía de acuerdo con los alimentos que se consumen: Con la carnes, se forma un jugo ácido o casi neutro; con el pan, con poco ácido clorhídrico,… es decir, varía el ph del jugo.
El aparato digestivo forma siempre las enzimas adecuadas para la digestión de cada alimento. Cuando los mezclamos, especialmente en grandes cantidades, no hay un buen “reconocimiento” ni una formación adecuada de jugos digestivos, con la consecuente mala digestión y la fermentación y putrefacción de la comida.
Las mezclas de los alimentos concentrados o de más costosa y larga digestión en la misma comida (pan, cereales, leche y sus derivados, legumbres, frutos secos, huevos, y por supuesto las carnes y los pescados) dan lugar a una mala digestión. La fermentación y la putrefacción de sus componentes da lugar a sustancias tóxicas, que al ser absorbidas perjudican a todo el organismo. Esta es una de las causas más importantes de enfermedades. Igualmente ocasionan un sinnúmero de trastornos digestivos, que intentamos aliviar con bicarbonato, antiácidos y otros fármacos. Es decir, dañamos primero el estómago y el intestino y luego lo aliviamos con medicamentos.
Para evitar estos problemas, aconsejo una comida sencilla, sin muchas mezclas. Es mejor comer un poco más de lo mismo que añadir otros platos diferentes que traben la digestión.
Si mezclamos arroz con queso, legumbres con carne, frutos secos con leche, pan con legumbres, cereales con leche, huevos con queso, pescado con carne,…. provocamos una mala digestión. Esto no ocurre con los alimentos de más fácil digestión: verduras, hortalizas o frutas. Además, las mezclas de alimentos concentrados son mucho más perjudiciales cuando los ingerimos en grandes cantidades.
Es recomendable que comamos lo que nos alimenta sin muchas mezclas. Al mismo tiempo, podemos comer lo mismo de forma más compatible, teniendo en cuenta que algunas mezclas son más recomendables que otras. Estamos hablando de asociaciones de alimentos, de combinaciones correctas o compatibilidad de alimentos que faciliten la digestión de lo ingerido.
Como regla general, podemos elegir sólo un alimento concentrado en cada comida, y si añadimos otro diferente, siempre en muy pequeñas cantidades. Por ejemplo, si comemos una ensalada y unas verduras, añadimos unas patatas; al otro día pan, arroz o cereales; al siguiente un buen plato de pasta o frutos secos; alguna vez unas legumbres o huevo…
Covadonga Fernandez Real dice
Muy buenos consejos…muy importante comer algo crudo antes de comer sea una ensalada o una fruta…Gracias!!
Ah!!y no aprovechemos la hora d ecomer para hablar de temas preocupantes o discutir que es muy habitual al ser la hora donde nos juntamos…silencio y armonia..
Primor dice
Buenas recomendaciones pero se necesita un poco más de concreción a la hora de combinar los alimentos, especificando los platos más adecuados para no caer en la tentación de hacer las recurrentes mezclas, tan perjudiciales. En una buena mesa, después de los alimentos, no puede faltar una buena conversación en paz y armonía.