En relación al artículo anterior: “cambio de dieta”, un lector de datelobueno.com me sugirió que me expandiera un poco más en el tema de la necesidad de masticar bien y sus múltiples beneficios.
Beneficios que se derivan de masticar bien.
Masticar bien es un pilar muy importante en nuestra calidad de vida. Toma nota. Muchas veces no tenemos en cuenta que numerosas molestias, del tipo gases, barriga hinchada, pesadez,… son causados por no llevar a cabo algo tan simple como tratar de masticar bien. Por no hablar de los beneficios a nivel consciente que nos puede aportar el tratar de realizar la práctica con cierta determinación y esmero.
El arte de masticar se inicia comiendo. De entrada, masticar bien polariza los alimentos con el organismo y hace posible una buena digestión sin obstrucciones.
Si tienes prisa a la hora de comer, simplemente mastica y permite que el mero hecho de ser consciente del masticar te calme. En esta mayor quietud y consciencia, te sentirás de algún modo más en contacto contigo mismo y con el alimento que está a punto de pasar a formar parte de tu organismo. Quizá emane una muy positiva y saludable sensación de gratitud durante la comida y seguro gozarás mejor de todos los sabores, aromas, colores y demás matices sensoriales.
Las tradiciones japonesa y chinas nos enseñan los beneficios de masticar bien la comida. Según la filosofía oriental, la saliva es un fluido con una gran carga de energía vital, por lo que masticar bien y ensalivar bien los alimentos nos aporta un gran contenido de energía vital.
¿Qué pasa exactamente al masticar y ensalivar bien los alimentos?
La digestión comienza en la boca. Masticar bien convierte los granos y otros carbohidratos complejos en azúcares y produce aceites, proteínas y minerales para su máxima absorción. Los alimentos de origen vegetal deben mezclarse bien con saliva y masticarse hasta que el líquido suelte todo su valor nutritivo. Si no masticas adecuadamente te sentirás pesado y torpe, tendrás gases y no te nutrirás adecuadamente.
Al masticar, se activa la producción de saliva. Aunque la saliva esté compuesta principalmente de agua, contiene también sustancias esenciales para la digestión: las enzimas. Al masticar, fraccionamos de manera mecánica los alimentos, reduciéndolos de tamaño y aumentando la superficie de contacto con la saliva. Al masticar bien y concienzudamente, empapamos los alimentos de enzimas digestivas. La boca es, por lo tanto, el órgano que no debemos descuidar de la primera parte de la digestión.
La saliva contiene amilasa, una enzima que rompe las moléculas de almidón, pero también lipasa, cuya función es pre-digerir ciertas grasas. Cuanto más tiempo mastiquemos y les dejemos actuar, más fácil será el trabajo digestivo que le sigue. Para entender mejor esta primera etapa de la digestión, entretente masticando largamente un trozo de pan: te darás cuenta que su sabor se vuelve ligeramente azucarado: las moléculas de almidón pasan a ser moléculas más pequeñas de maltosa.
En la segunda fase, los alimentos llegan al estómago, estimulando los receptores situados en las paredes gástricas, y la señal se transmite al sistema nervioso central. Cuando comemos demasiado deprisa, nos da tiempo a servirnos varias veces antes de que el cerebro nos avise de que ya no tenemos hambre.
Seguramente, ya te ha tocado interrumpir alguna vez la comida debido a una llamada telefónica. Cuando vuelves a la mesa, ya no tienes hambre. Si hubieras seguido comiendo, hubieras tragado más alimentos… Masticando y comiendo lentamente, por fuerza, se come menos. Porque se come mejor.
Si cogemos la costumbre de masticar bien y concienzudamente cada bocado, evitamos en lo posible las fermentaciones en el sistema digestivo. Los alimentos pre-digeridos se asimilan más rápido y el tránsito intestinal es más regular. Si sufres de hinchazón y aerofagia, es un remedio natural sin igual.
La carne, las grasas, lo dulce y los alimentos procesados satisfacen de inmediato el antojo por el sabor, pero después de un rato adormecen las papilas del gusto. Estos alimentos procesados cuanto más se mastiquen, empeorará su sabor.
¿Cómo incorporar en nosotros el buen hábito de masticar bien?
Si quieres iniciarte en el altamente saludable hábito de masticar bien, debes empezar cada comida masticando cada bocado que llevas a la boca un mínimo de 20 ó 30 veces. Te ayudará mucho si dejas sobre la mesa el tenedor o la cuchara entre bocado y bocado.
Concluyendo…
- A un nivel consciente, masticar bien nos ayuda a comer despacio, con calma y con tranquilidad, a agradecer los alimentos que vamos a ingerir y ser conscientes de que vamos a tomar sus energías para alimentar a nuestro organismo. En la era actual, la mayoría de la gente que quiera llevar a cabo un cambio de dieta tiene que re-aprender este arte olvidado que es el masticar bien, para poder obtener una exitosa transición y disfrutar más y mejor de los buenos alimentos.
Pruébalo y notarás desde un principio como al masticar bien, se torna más eficiente la digestión y el cuerpo-mente empieza a sentirse maravillosamente más ligero y desembotado.
Dice mi madre que es basico tener muelas y en estos tiempos no todo el mundo puede ponerselas…igualmente gracias por los buenos consejos..
Gracias. La lectura de este artículo me ha recordado la importancia de masticar bien los alimentos, ¡lo había olvidado! .Esto implica estar más atenta durante la comida, y eso te lleva, entre otras cosas, a desconectar de tus pensamientos. Por ello, hoy he podido disfrutar de una comida más relajada y consciente. Espero tenerlo presente cada día y no caer de nuevo en el olvido…